lunes, 30 de mayo de 2016

Nuestra deuda más elevada es con nuestros mayores.

Una de las lecciones positivas de estos años de crisis ha sido la gran capacidad de solidaridad y sacrificio de nuestros mayores. Muchos han utilizado sus pensiones para mantener a hijos y nietos atrapados por la falta de empleo y por la desigualdad. Estas circunstancias condenan a los pensionistas a un progresivo empobrecimiento, que se ha visto agravado por la incidencia del copago farmacéutico.
Los economistas han destacado este esfuerzo intergeneracional como un factor diferenciador de nuestro país y como elemento crucial para evitar que los efectos del frenazo económico hayan sido incluso más devastadores.
Como sociedad les debemos un reconocimiento, que no puede ser otro que mejorar sus condiciones de vida. En tiempos en que se considera lo nuevo como un valor en sí mismo, es conveniente volver la vista hacia las generaciones que más han contribuido a construir nuestro Estado de Derecho y nuestro sistema de derechos y libertades, y que siguen dispuestas a mantener su compromiso con la consecución de un país más justo y solidario.
El sistema público de Seguridad Social y, dentro de él las pensiones, constituyen la pieza más importante de nuestro Estado de Bienestar como plasmación de una acción solidaria y redistributiva garante de la cohesión social. Sin embargo, desde el 2012, la política aplicada por el Gobierno del PP amenaza seriamente este conjunto de prestaciones sociales públicas. En cuatro años el Fondo de Reserva de la Seguridad Social se ha reducido en más del 50%, ha aumentado el déficit de la Seguridad Social y los ingresos están disminuyendo como consecuencia de la precariedad del mercado laboral.
El número de pensionistas por jubilación ha crecido desde 2011 en casi medio millón de personas como también ha crecido el gasto en pensiones y las cifras seguirán elevándose porque las pensiones futuras serán mayores que las actuales y además sigue creciendo la esperanza de vida. Actualmente las pensiones se pagan cada año con el dinero obtenido por las Cotizaciones Sociales que pagamos todos cada mes a la Seguridad Social, a esto se llama Sistema de Reparto. Si hay más cotizaciones que pago de pensiones, la diferencia genera el Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
El futuro de las pensiones está en riesgo porque el gobierno del PP ha despilfarrado el Fondo de Reserva, ha disminuido los ingresos y no ha previsto la aparición de otras asignaciones alternativas que cubran las contingencias de aquellas Pensiones que no son resultado de la Jubilación y que suponen más de la cuarta parte de los gastos de la Seguridad Social. Simplemente, con la forma de obtener los ingresos actuales no se generará suficiente dinero para pagar las pensiones y de seguir a este ritmo, el Fondo de Reserva quedará agotado en el 2020.


Nuestros retos en la actualidad son recuperar el poder adquisitivo de las pensiones y mejorar los servicios sociales, tanto en calidad como en cercanía a los beneficiarios. Palencia es la sexta provincia española con una media de edad más elevada, con 24.770 pensiones de jubilación, 3.901 de incapacidad y 11.049 de viudedad (mayo 2016) por lo que la atención a nuestros mayores cobra aquí un especial significado.
A los socialistas nos importan tanto las pensiones y los pensionistas que estamos dispuestos a crear un nuevo impuesto, antes que aceptar que se sigan recortando las pensiones o que no se garantice su futuro, que es lo que está haciendo con ellas el PP. No valen medias tintas, los pensionistas actuales y los millones de trabajadores de este país que cotizan mensualmente a la Seguridad Social tienen el derecho de tener garantizadas sus pensiones por jubilación ahora y en el futuro.
No queremos riesgos sino estabilidad, seguridad y blindar el pago de las pensiones, por ello es necesario retomar el diálogo social y la búsqueda del consenso. Propondremos al Pacto de Toledo, foro parlamentario y cauce para abordar las reformas necesarias en materia de pensiones desde 1995 hasta 2011, estudiar la creación de un recargo de solidaridad, vinculado a la riqueza y no solo a la población activa, lo que permitirá tener las pensiones más aseguradas. 

Los socialistas pusimos los cimientos para consolidar el Estado del Bienestar. En la década de los 80 se universalizó el sistema sanitario y se reconocieron las pensiones no contributivas, junto al reforzamiento de las políticas sociales. Un modelo que se completó con la Ley de Dependencia de 2006. Ahora tenemos el objetivo y el deber de garantizar las pensiones; mejorar y fortalecer los ingresos porque el sistema está en peligro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario